El Cuento de los
Tres Cerditos.
~Hola
soy el lobo Luzko, Todo empezó una tarde de invierno en que yo paseaba por los
bosques recogiendo setas y frutas para la cena. Eran mi comida preferida desde
que, un verano, tres cerditos construyeron sus pequeñas casas dentro de mis
terrenos. No me importó, pues sabía que tendría a quien acudir cuando
necesitara compañía.
Esa
tarde, el cielo se oscureció parecía una tormenta. Decidí volver a casa, cuando
observé que un tornado se acercaba hacia las casas de los tres cerditos. Corrí
desesperadamente hacia la primera, que era de paja. Antes de poder llegar, la
casa se vino abajo y el cerdito corrió a la casa de su hermano. Yo me dirigí
rápido hacia ésta para intentar evitar que cayera, pero fue inútil, porque
estaba levantada con ramas de árbol, y fue destrozada por el tornado. Los dos
cerditos corrieron a casa del tercer hermano para refugiarse. Para entonces,
era yo el que huía del tornado. Llamé desesperadamente a la puerta, porque esta
casa estaba construida con ladrillos y aguantaría perfectamente el vendaval.
Pero no me abrieron… Pensé que no me habían oído, así que intenté entrar por la
chimenea. Me tiré por ella y caí en un caldero con agua hirviendo que, supongo,
habrían olvidado sobre el fuego…
Cuando
el tornado pasó, desperté en el hospital, me dijeron que los cerditos habían
puesto una denuncia por derribar sus casas e intentar comérmelos. En el juicio,
todos creyeron a los cerditos. Creo que su aspecto tierno y rosado ayudó mucho.
Cuando yo dije que recogía verduras para comer, el jurado se rió, y oí
comentarios sobre mis enormes colmillos y no creían que un lobo como yo pudiera
ser vegetariano, Pero es que: ¿cómo es posible que alguien pueda creer que
soplando pudiera derribar dos de sus casas e intentarlo con la tercera? Es
imposible… L
Lo
único que yo quería era vivir tranquilo en mis tierras, cultivar mis cosas…
Cuando acabe la condena, creo que volveré a mi bosque con las manos vacías y un
poco furioso, porque me confundieron con algo que no soy… L
Att: Luzko
(Sergio)
Jorge Torres
EL MENTIROSO
Me encontraba yo tan a gusto
descansando y disfrutando de un día soleado, cuando de repente escucho a un
niño pedir ayuda.Yo tan modesto y educado corrí a preguntarle que le había ocurrido,
el niño me dice que una de sus ovejas no se deja coger, me pidió que de castigo
para aquella oveja le mordiera una pierna, aquello estaba en contra de mis
principios y le dije que no. El niño se enojó conmigo y empezó a gritar ¡El lobo, el lobo, el lobo!, yo en pleno susto,
empecé a correr por que se acercaban muchas personas con palos y antorchas.
Al día siguiente me volví a encontrar
aquel niño y sabiendo el susto que les provoco a las personas volvió a gritar ¡el
lobo, el lobo, el lobo!, con maldad, no tuve otra opción que correr.
Al día siguiente me encontré a
dos de sus ovejas que se le habían escapado, pues dicen que aquel niño las
maltrataba. Fui a preguntarle al niño, a que se debe el maltrato hacia las
ovejas, el niño con un tono maleducado me dice que eso no me importaba y que no
me metiera en sus asuntos, al irme de ese lugar una de sus ovejas quería
venirse conmigo junto con las otras dos ovejas. Yo encantado de mas llevé de
allí, pues no tolero el maltrato. FIN
Jorge Torres

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