La Península Ibérica se
encuentra bajo el dominio moderador del mar, pero la disposición periférica de
las montañas dificulta la penetración de la influencia marina hacia el
interior. Por eso en el interior domina el clima mediterráneo continentalizado o
de interior con inviernos más fríos.
Al norte domina el clima oceánico o atlántico con temperaturas suaves y abundantes lluvias que producen
un paisaje verde (pastos y bosques).
En las regiones mediterráneas
(franja costera desde el este al sur) se da el clima mediterráneo, con inviernos suaves, veranos calurosos y
secos, las escasas lluvias caen sobre todo en primavera y otoño.
En las sierras más latas de las
grandes cordilleras aparece el clima de
montaña, con temperaturas muy bajas en invierno, veranos frescos y cortos y
abundantes lluvias, en invierno en forma de nieve.
Por último, las islas Canarias
al estar situadas cerca del Trópico de Cáncer, tienen un clima subtropical, con temperaturas altas todo el año y lluvias
escasas e irregulares.
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